El altar del Día de Muertos

Por: Daniela Valdes En: Estilo de Vida Fecha: Cometarios: 0 Me gusta: 6608

El altar de muertos tiene muchos elementos simbólicos cuyo significado es muy importante al momento de hacer un altar.

Noviembre está a la vuelta de la esquina y también la celebración mexicana más famosa a nivel internacional: el Día de Muertos. Además de los deliciosos dulces y el exquisito pan de muerto característico de estas fechas, las calles y las casas comienzan a llenarse de color gracias a los altares dedicados a los muertos que adornan distintos lugares antes de las fiestas.

Posiblemente sepas que cada año se pone un altar en honor a los seres queridos que ya fallecieron porque existe la creencia de que el 2 de noviembre los muertos tiene permiso de venir a la tierra de los vivos para convivir con sus familiares y poder degustar su comida favorita. Pero, ¿sabías que esta tradición es una mezcla de creencias prehispánicas y españolas? Por ejemplo, los colores del papel picado corresponden al luto indígena, por eso no se usa el color negro, que es el color característico del luto cristiano; pero desde la colonia al altar de muertos se le suele colocar una cruz hecha de semillas.

El altar de muertos tiene muchos elementos simbólicos cuyo significado es muy importante al momento de hacer un altar. Las ofrendas, por ejemplo, son necesarias para que el espíritu del difunto decida viajar a nuestro mundo para convivir con sus deudos. Tradicionalmente, el altar de muertos tiene siete escalones que deben tener elementos específicos cada uno. En el primer escalón se coloca la imagen de un santo del cual se sea devoto, aunque muchas personas colocan también la fotografía de la persona a la que se dedica el altar. El segundo se dedica a las ánimas del purgatorio, y es útil porque por medio de él el alma del difunto obtiene el permiso para salir de ese lugar en caso de encontrarse ahí. En el tercer escalón se coloca sal para purificar el espíritu de los niños que están en el purgatorio. En el cuarto se coloca pan de muerto, que se ofrece como alimento para las ánimas que pasan por ahí. En el quinto se coloca la comida favorita del difunto. En el sexto escalón, originalmente, se coloca la fotografía de las personas a las que se dedica el altar, pero como ya mencionamos, actualmente se opta por ponerlas en el primer escalón y en este escalón se colocan las ofrendas. Finalmente, en el séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas.

A continuación, te hablaremos un poco de cada ofrenda para que a tu altar no le falte nada.

Imagen del difunto: en cada altar se debe colocar una imagen o fotografía de la o las personas a las que se dedica el altar. Tradicionalmente, se coloca de espaldas, y frente a ella se pone un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos, y estos vean a su vez únicamente el del difunto.

La cruz: este símbolo fue introducido por los evangelizadores españoles con el fin de incorporar el catecismo a una tradición tan arraigada entre los indígenas como la veneración de los muertos. La cruz va en la parte superior del altar, a un lado de la imagen del difunto, y puede ser de sal o de ceniza.

Imagen de las ánimas del purgatorio: se coloca para que, en caso de que el espíritu del muerto se encuentre en el purgatorio, se facilite su salida. Según la religión católica, los que mueren habiendo cometido pecados veniales sin confesarse deben de expiar sus culpas en el purgatorio.

Copal e incienso: el copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y las de quien lo utiliza; el incienso santifica el ambiente.

Arco: el arco se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos. Se le adorna con limonarias y flor de cempasúchil.

Papel picado: es considerado como una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y del viento.

Velas, veladoras y cirios: todos estos elementos se consideran como una luz que guía en este mundo. Son, por tradición, de color morado y blanco, ya que significan duelo y pureza, respectivamente. Los cirios pueden ser colocados según los puntos cardinales, y las veladoras se extienden a modo de sendero para llegar al altar.

Agua: el agua refleja la pureza del alma; además, un vaso de agua sirve para que el espíritu calme su sed después del viaje desde el mundo de los muertos. También se puede colocar junto a ella un jabón, una toalla y un espejo para el aseo de los muertos

Flores: son el ornato usual en los altares y en el sepulcro. La flor de cempasúchil es la flor que, por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo.

Calaveras: las calaveras son distribuidas en todo el altar y pueden ser de azúcar, barro o yeso y con adornos de colores. Se colocan para simbolizar la muerte y para recordarnos que esta nos llegará a todos.

Comida: En los altares se ofrece el platillo favorito del difunto, así como frutas o dulces que eran de su agrado.

Pan: el pan es una representación de la eucaristía, y fue agregado por los evangelizadores españoles.

Bebidas alcohólicas: si al difunto le gustaba alguna bebida alcohólica en particular, también se ofrenda en el altar.

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