Unidos contra la violencia de género

Por: Daniela Valdes En: Estilo de Vida Fecha: Cometarios: 0 Me gusta: 5206

La información y la educación son cruciales ya que la cultura de violencia se gesta desde casa. Por ello, te invitamos a leer las siguientes recomendaciones para que cada una desde nuestra posición contribuyamos a la erradicación de la violencia hacia la mujer.

Cada vez es más común escuchar sobre la violencia de género y su consecuencia más grave: los feminicidios. Este es un tema doloroso porque nos compete a todos como sociedad. Sin embargo, también es cierto que existe mucha desinformación que desemboca en la apatía de la gente. Bolsas Nueva Imagen es una empresa hecha por y para mujeres con amplio sentido de compromiso social. Por eso, ante los lamentables y recientes hechos de violencia compartimos algunas recomendaciones de interés general para combatir los crímenes hacia las mujeres.

En primer lugar es necesario aclarar que un feminicidio es el asesinato de una mujer en circunstancias que tienen que ver con su género. Para tipificarlos se revisa quién, por qué y cómo. En la mayoría de los feminicidios el asesino es pareja o ex pareja de la víctima, el motivo suele ser que el hombre no quiere permitir que la pareja lo deje y la mayoría de las veces los feminicidios ocurren en la casa de la víctima y por medio de métodos que prolongan el dolor y el sufrimiento.

La información y la educación son cruciales ya que la cultura de violencia se gesta desde casa. Por ello, te invitamos a leer las siguientes recomendaciones para que cada una desde nuestra posición contribuyamos a la erradicación de la violencia hacia la mujer.

Identifica la violencia. La violencia de género es como un iceberg: hay una parte que permanece menos visible que otra pero que es la base de las agresiones que suelen llamar más nuestra atención. Amnistía Internacional publicó una imagen que presenta los niveles de violencia. En el fondo del iceberg se encuentran los comportamientos que de forma sutil pero continua sostienen la situación de desigualdad y discriminación hacia las mujeres por medio de mensajes que la ubican como subordinada. Ejemplos de esta violencia son la publicidad sexista, la invisibilización de la mujer, el lenguaje machista, etc. En el siguiente nivel se encuentran acciones que aminoran la confianza de las mujeres y acciones más agresivas, como los celos, los empujones, los chantajes y el control sobre la mujer. En este nivel se puede ubicar a los maltratadores y a quienes invisibilizan o culpan a las víctimas de violencia sexual.  Cuando el hielo es notorio desde la superficie empiezan los malos tratos físicos, van desde el acoso hasta el abuso, desde los gritos hasta los golpes. Aquí se cuentan los violadores y los traficantes de personas. En la punta del iceberg se encuentra el asesinato. La violencia de género que termina con el asesinato se conoce como feminicidio. Este es el acto extremo de violencia contra las mujeres.

Emprende acciones contra la violencia. Muchas personas creen que combatir la violencia es responsabilidad exclusiva de la policía. La realidad es que todos podemos tomar acción en contra de la violencia de género. Informarse sobre la manera en que se ejerce la violencia, educar a los niños para que tengan sensibilidad ante estos temas, así como denunciar y apoyar a las víctimas son actividades que están al alcance de todos. Si identificas que alguien sufre violencia de género brinda acompañamiento. Si eres tú quien la sufre, no dudes en pedir ayuda. Puedes recurrir a Línea Mujer, una línea de ayuda completamente gratuita. Llama al: 01 800 248 1300 en México. Psicólogas, abogados y médicos especializados están para ayudarte de 9:00 a 21:00 horas, los 365 días del año. Asesoría emocional y psicológica. También puedes recurrir a los institutos especializados en atención a mujeres.

No compartas imágenes explícitas sobre los feminicidos. Rita Segato, escritora y antropóloga en entrevista con LM Neuquén dijo:

Cuando un feminicidio se muestra en los medios se transforma en un espectáculo. Se repite, se analiza, se buscan detalles, se informa para atraer espectadores sin ningún cuidado por a imitación que puede provocar en la gente. Aunque al agresor se le muestre como un monstruo, se trata de un protagonista potente y eso es convocante para algunos hombres. Debería haber un debate mucho mayor sobre cómo se muestran los feminicidios a la sociedad, de la manera de informar sin promover, sin contagiar.

Difundir las imágenes donde aparecen los cuerpos de las víctimas promueve el sensacionalismo, normaliza la violencia y la convierte en un espectáculo. Además, este tipo de difusión afecta la intimidad de la víctima y de sus familiares. La empatía es la clave, pues a nadie le gustaría ver la foto de un ser querido en un momento tan vulnerable en cualquier medio de información.

No justifiques al agresor y sé empática con la víctima. Hay un principio que se llama “falacia de la justicia”. La falacia de la justicia es un mecanismo de defensa que nos hace encontrar una justificación para actos violentos que nos atemorizan. Por ejemplo, ante un caso de violación es común leer o escuchar decir que ocurrió porque la víctima vestía de determinada manera, estaba sola de noche en la calle y que provocó al agresor. Este mecanismo nos hace creer que estamos excluidos de la posibilidad de que algo similar nos pase.  Lamentablemente, todos somos propensos a sufrir violencia. Hacer este tipo de comentarios niega el hecho de que la agresión es, en realidad, responsabilidad del agresor.

Ser sensibles y responsables es una cualidad que todos los seres humanos tenemos. Combatir la violencia de género es un compromiso que todos debemos adquirir. Comenzar con acciones individuales como informarse o evitar comentarios que desprecien a las mujeres, sobre todo siendo mujeres, es el primer paso para cambiar una cultura en la que el desprecio por género está tan arraigada. Todas las mujeres merecemos respeto, todas las mujeres tenemos capacidad para pensar y hacer cosas increíbles. Entre mujeres debe existir fraternidad, sobre todo en las cuestiones sociales de género; a esto se le llama sororidad.

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